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22 Tomen un ramo de hisopo y sumérjanlo en la sangre que está en la vasija. Unten con sangre los lados y la parte superior del marco de la puerta. Ninguno de ustedes debe salir de su casa antes de que amanezca. 23 Cuando el SEÑOR pase matando a los egipcios, verá la sangre en todo el marco de la puerta y pasará de largo por esa casa. Así el SEÑOR no dejará que el Destructor entre en sus casas a matar. 24 Recordarán esta orden como una costumbre para ustedes y sus futuras generaciones.

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